Comenzaremos con un momento de meditación y de reconexión con la respiración.

Este espacio de anclaje te permite soltar las tensiones del día, aquietar la mente y entrar suavemente en el momento presente. Al retomar un ritmo respiratorio más consciente, abres un espacio interno de claridad y serenidad que prepara a tu cuerpo y a tu mente para sumergirse en la profundidad del Yin.

Durante las posturas, te guiaré a una exploración profunda: cada asana, sostenido por varios minutos, se convierte en una puerta de acceso hacia tus sensaciones, tus emociones y tu energía interior.

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El cuerpo comienza a soltarse poco a poco, permitiendo que las tensiones se liberen y que nuevos espacios se abran. Este tiempo de quietud consciente favorece una escucha más sutil, una reconexión contigo misma y una transformación suave y profunda.

Cerraremos la sesión con un baño de sonido con cuencos de cristal.

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Las vibraciones se expanden a través del cuerpo y la mente, creando una resonancia profunda que calma, libera y reequilibra.

Este viaje sonoro invita a un soltar total, favoreciendo una relajación física, mental y emocional, y dejando surgir una sensación de armonía y transformación interior.