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DÉTOX EMOCIONAL : LIBERARSE ANTES DE UN NUEVO CICLO.

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Diciembre tiene una manera muy particular de despertar todo lo que hemos acumulado durante el año. Una especie de cansancio que no se explica del todo, una sensibilidad más presente, un deseo de bajar la velocidad mientras todo a nuestro alrededor parece acelerarse...

Es un período en el que el cuerpo y el corazón se convierten en espacios donde se depositan las emociones no digeridas, las pequeñas tensiones olvidadas, el estrés que hemos dejado de lado para seguir adelante. Y, sin embargo, también es el momento ideal para dejar que todo fluya y se libere..


Casi siempre cuando pensamos en desintoxicar pensamos en el cuerpo, pero rara vez en aligerar el corazón. Sin embargo, el fin de año nos invita de manera natural a la introspección. La luz del dia es más suave, los días más cortos, el ritmo interior se vuelve más lento y la necesidad de reencontrarse con uno mismo se hace más fuerte. Este détox emocional no es nada revolucionario; es simplemente la invitación a abri la puerta de un proceso suave, sutil, casi imperceptible, que comienza con la escucha.


El primer paso consiste en darse un poco de espacio.

Unos minutos de silencio, una respiración más profunda, una pausa sin estímulos. Nada complicado...

Solo ese pequeño momento en el que nos reconectamos con nosotros mismos. En esos instantes, la mayoría de la veces nos damos cuenta de cuánto hemos acumulado en pensamientos, en tensiones en el cuerpo y en emociones atrapadas que intentamos controlar en lugar de dejar que circulen libremente...


Para liberar este exceso, algunas prácticas funcionan como puertas abiertas que nos liberan..

Por ejemplo, una respiración lenta y prolongada por la boca, como si soplaras una vela, permite en unos pocos ciclos soltar la presión interna. La escritura intuitiva también ayuda enormemente para dejar en papel la carga mental de todo lo que estamos pensando, sin buscar estructurarlo ni entenderlo..


El movimiento también puede convertirse en otra forma de liberación. Tomate un tiempo para moverte libremente y luego instálate en algunas posturas suaves, sostenidas sin esfuerzo para que el cuerpo pueda soltar todo que retiene. Algunas ejemplos de posturas yin pueden ser: la mariposa recostada, una torsión, la postura del niño… nada intenso, solo gestos que invitan a calmar el sistema nervioso, a suavizar la respiración y a dejar que las emociones fluyan.


Y, por supuesto, está la meditación, la herramienta más simple y poderosa para atravesar este período. No se necesita una práctica larga: cinco minutos son suficientes..

Tomate una pausa, siéntate, pon una mano sobre el corazón y respira lentamente... observa sí alguna emoción esta presente, aunque sea difusa o difícil de nombrar. El simple hecho de reconocer lo que vive dentro ya genera liberación. Una emoción vista y reconocida se convierte en una emoción que fluye y se libera.


Algunas personas también hacen rituales más simbólicos para cerrar el año como por ejemplo, escribir lo que desean dejar atrás y luego romper o quemar la hoja. Puedes hacer lo que resuene en ti, en realidad no importa la acción; lo que cuenta es la intención. Decir interiormente: “Libero lo que ya no tiene lugar en mí…”


Una vez que hayas realizado este détox emocional, no dudes en nutrir el espacio nuevo que has creado con algunos hábitos simples que van a aumentar tu sensación de bienestar.

Por ejemplo, pasar un tiempo en la naturaleza, caminar unos minutos al día, disfrutar de una comida calientita y reconfortante, unos minutos de respiración consciente o simplemente sentarte a observar lo que sucede dentro de ti...


En este fin de año, te invito a reconectarte con tus necesidades y a soltar lo que pesa..

Ve este détox emocional como un gesto de auto cuidado, una pausa que te va aligerar y preparar para un nuevo ciclo..

Te deseo que en este fin de año puedas encontrar momentos de calma, de presencia y de consciencia que tu cuerpo se merece...


¡Hasta pronto!

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